dimecres, de maig 04, 2022

Billetes locales de la Guerra Civil, Carcaixent 1937 (por Luis Garcia)

El Papel moneda municipal. Billetes locales de la Guerra Civil, Carcaixent 1937 (por Luis Garcia)

Las razones de la emisión de papel moneda municipal

Desde el mismo momento en que empieza la Guerra Civil el Gobierno de la República se ve en la obligación de intervenir la economía, dando órdenes al Banco de España para que retirase del mercado el circulante monetario de oro y plata. Entonces existían en España monedas de oro de 100, 25 y 20 ptas; de plata de 5, 2, 1 y 0,5 ptas. En realidad la República precisaba comprar armas en el extranjero, así como toda una serie de bienes imprescindibles para subsanar las deficiencias del país en un momento tan complicado, pero la inflación galopante que empezó a sufrir la peseta, debido al conflicto, convertía a nuestra moneda oficial (el papel moneda) en poco apetecible para los intercambios con otros países. Las adquisiciones internacionales habría que pagarlas en monedas de oro o plata, o lingotes de estos metales de las reservas que guardaba el Banco de España, pero no con papel o billetes cuyo valor, en ese momento incierto, dependía de lo que pudiera pasar en la Guerra.

La retirada de las monedas de oro y plata por el Banco de España, y el desgaste que ya sufrían las de cobre o bronce (de 10, 5, 2 y 1 céntimos), algunas de las cuales llevaban circulando más de sesenta años, hizo imposible la compra en tiendas y comercios al desaparecer la moneda fraccionaria. Los billetes del Banco de España que circulaban en 1936 eran de 1000, 500, 100, 50 y 25 ptas. En 1938 aparecerían abundantes de 10, 5, 2, 1 y 0,50 ptas. Pero ya llegaron tarde. Entre octubre de 1936 y febrero de 1938, los municipios, en una especie de euforia descentralizadora, se habían convertido en entes emisores de moneda, o sea, que habían adquirido una competencia que correspondía por ley al Estado. Esta posibilidad arrancó a raíz de un decreto del Ministerio de Hacienda del 13 de octubre de 1936, que autorizaba al Banco de España a expedir certificados de plata. La emisión de vales quedó respaldada por otros decretos de 10 de enero y 23 de febrero de 1937.

No obstante, la República no vio bien estas prácticas incontroladas y desde un primer momento quiso reconducir la situación, pero hasta que la Fábrica de Moneda de Valencia no funcionó y empezó a producir moneda fraccionaria en abundancia (5, 25 y 50 céntimos y 1 pta), fue imposible. Finalmente el 7 de febrero de 1938 el Gobierno de la República prohibió tajantemente la emisión de nuevos vales o billetes locales, condenando con fuertes penas a los ayuntamientos o entidades que contraviniesen la nueva normativa. Los existentes dejaron de tener valor a partir de 28 de febrero de 1938, fecha en la que empezaron a ser recogidos y canjeados por las autoridades locales y comarcales.

Durante la Guerra Civil española, en la zona republicana, uno de los principales problemas de la vida cotidiana a partir de octubre de 1936 fue la falta o escasez de moneda fraccionaria para el comercio diario, que obligó a emitir billetes y vales locales desde los consejos municipales de un sinfín de localidades.

La causa principal que empujó la emisión de esta moneda de necesidad fue desaparición de las monedas en circulación de cobre, plata y oro , ya que fueron acaparadas como valor seguro por parte de la administración, los comerciantes y las familias debido al panorama inestable que imperaba y el futuro incierto que les esperaba una vez finalizada la Guerra Civil.

Sin embargo debido a la carencia de moneda fraccionaria en el sistema de comercio, este entro en caos. Por esta razón se extendió el uso del papel para la moneda fraccionaria, ya que la material prima y maquinaria, con una simple imprenta se podían imprimir infinidad de estos dada la elevada demanda.

En la Comunidad Valenciana casi todos los consejos municipales emitieron billetes, incluido la ciudad de Alicante, que estaban garantizados por los depositarios municipales. Los billetes municipales cumplían los requisitos legales de cualquier billete y las tesorerías municipales los controlaban.

La mayoría de los consejos municipales emitieron papel moneda municipal a pesar de la prohibición expresa de los gobernadores civiles. Las autoridades municipales de las ciudades de Valencia y Castellón acataron la autoridad y se encuentran entre las pocas ciudades de la España republicana que no emitieron moneda de necesidad

Para retirar de la circulación las monedas de necesidad, de entidades regionales, locales y particulares el Ministerio ordenó el 6 de enero de 1938 la recogida en el plazo máximo de de un mes de todas las emisiones de vales, bonos, billetes o monedas que no hubiesen sido hechas por el tesoro Publico o por el banco de España. Después de dicho plazo no podrían circular ni podrían entregarse como cambio ni en pago de mercancías.

El proceso resulto mas lento de lo previsto, ampliándose el plazo hasta el 26 Febrero de 1938. y ya el 11 de mayo se dispusieron medidas sancionadoras contra quienes utilizasen moneda distinta a la del estado en sus operaciones comerciales.

A pesar de ello, hubo ciertas resistencias en obedecer aquellas órdenes, y una parte mayoritaria de moneda local, continuó circulando hasta finales del año 1938.

En la Ribera Alta los billetes generalmente son de tipo cartoncillo, diseño austero correspondiente a la época haciendo todos ellos honor a la denominación de billete de necesidad.

El municipio de Carcaixent emitió 4 series diferentes con los valores de 25, 50 céntimos y una peseta en 1937.

Los grabadores se recrearon en el diseño, mostrando iconografía local, “la naranja” (cuna de la naranja) en el anverso y las escaleras del parque de Navarro Darás en el reverso, haciendo referencia al esplendor arquitectónico de principios del siglo XX, derivado del comercio de seda y la intensa actividad citrícola, sobre la leyenda “CARCAGENTE”.

Todos los billetes presentan un mismo diseño y tamaño, variando solamente el color de los diferentes valores para facilitar así la diferencia en las transacciones diarias.

Las medidas aproximadas de los billetes son de ….. X ….. milímetros dependiendo del tipo de corte.

Todas las emisiones disponían de un número de serie en el reverso, el cual nos sirve como indicador para realizar una aproximación de su tirada y por ende su rareza.

De la muestra aleatoria de billetes examinados concluyo en lo siguiente:

1) Las tiradas aproximadas de cada billete fueron las siguientes;

25 céntimos 60.000 unidades (ambos tipos incluidos).

50 céntimos 30.000 unidades.

1 peseta 20.000 unidades.

2) Total en valor facial emitido:

Total:

15.000 + 15.000 + 20.000 = 50.000 pesetas (300 euros).

3) Existen dos tipos de billete de 25 Céntimos con tinta roja o naranja. Los ejemplares en rojo son más comunes.

Ejemplar rojo  

Ejemplar Naranja

 

25 Céntimos 1937 Rojo serie 011829


25 Céntimos 1937 Rojo serie 035673







25 Céntimos 1937 Naranja serie 033468



25 Céntimos 1937 Naranja serie 048169



50 Céntimos 1937. serie 021610

50 Céntimos 1937. serie 024952



50 Céntimos 1937. serie 026737



1 Peseta 1937. serie 005360


1 Peseta 1937. serie 017965



Falso de época. Copia a mano


Vale moneda


Webgrafia:

http://www.oocities.org/es/arhelo/origen.htm

http://www.cronistasoficiales.com/?p=14992

http://www.habilitados-nacionales.com/otro/papel-moneda-municipal/


Tiradas aproximadas de cada billete

25 céntimos 60.000 (ambos tipos incluidos)

50 céntimos 30.000

1 Peseta 20.000

2 comentaris:

Josep Vicent ha dit...

Fantastic article... Imprescindible per entendre el paper moneda i les dificultats econòmiques de la 2a República... Enhorabona

juanpa ha dit...

Molt interesant i complet